martes, 4 de agosto de 2009

Basualdo Belli

Basualdo, Ana Argentina
Ningún texto me llevó a escribir “Oldsmobile 1962”. Me fui de la Argentina en 1975 y no regresé hasta 1986. En algún momento, antes del regreso, la presión de la nostalgia se me volvió intolerable. Sentía la necesidad de recuperar con palabras el espacio que había perdido. Añoraba Buenos Aires, pero lo que me brotó no fue la ciudad , sino el paisaje de mi infancia, el Tigre.Quería crear de nuevo ese lugar: no se trataba precisamente de evocarlo, sino de algo más sutil, tal vez mágico.Se trataba de instalarlo otra vez en el ser que yo era. Cuando volví a la Argentina creo que recuperé mi espacio perdido.Cambió mi relación con España y se acabó la nostalgia . Tal vez ahí estaba la causa de que dejara de escribir: era el fin del deseo. Se podía deducir que no tenía por qué seguir escribiendo. ¿Para qué hacerme más problemas si había dicho todo lo que tenía que decir"Si el texto sale crispado, pensé es porque no me viene de un lugar suficientemente profundo.."Escribí como si en vez de evocar hubiera empezado a interrogar. Antes escribía certezas. Ahora que tengo dudas, escribo preguntas.("Página 12", 13 /11/94)

Baudelaire, Charles Francia
Trabajemos, porque trabajar es menos aburrido que divertirse.


Benedetti, Mario Uruguay
Buenos Aires fue mi primera ciudad de exilio. Vine a trabajar aquí en un empleo sórdido durante dos o tres años en que estuve muy solo, tendrái 17 o 18 años. No hice demasiadas relaciones por distintas circunstancias y tal vez por sentirme solo me meti de lleno en la lieratura . Iba los domingos a la plaza San Martín , desde la mañana hasta la atred , a leer , me lo pasaba leyendo : Dostoiewski, Tolstoi, Borges, Quiroga, Prouest, Flaubert,...Y ahí decidí ser escritor. Leyendo no precisamente a estos grandes genios sino a un poeta que fue muy importante para mi, un poeta argentino, Baldomero Fernández Moreno. La literatura que se hacía en el Rio de la Plata y sobre todo la poesía, era muy hermética, cerrada, oscura, aunque la disfrutaba como lector cuando me dejaban algun resquicio para penetrar a ese mundo poético. Considero que había grandes creadores en ese mudno, pero yo no me sentía estimulado a escrbir, porque sabía que eso no lo podía hacer, no formaba parte de mi carácter, de mi temperamento. Creía que en mi había un escritor, pero todavía no había encontrado cómo ser escritor. Cuando leía a Fernández Moreno, una poesía, clara, sencilla y sin embargo muy poética, dije “Bueno, esto es lo que yo puedo hacer”.( Revista Humor 127)
El impulso que lleva al escritor a revelar su secreto forma parte de su oficio, que es comunicar. Es común que el artista, tras su descubrimiento que ha efectuado a solas, quiera de inmediato comunicarlo, así sea oralmente. No importa a cuántos. A alguien. En ese instante no piensa que puedan quitarle un tema, copiarle un desarrollo. El arte es generoso, pródigo, dador, y la verdad es que el secreto del escritor sólo adquiere un sentido cuando se hace público.



Beccacece, Hugo Argentina
Como decía Proust, uno no sale de sí mismo, no va hacia los otros más que para corrobar un destino: conociendo el mundo no hacemos sino conocernos nosotros mismos.("La Nación", 8/11/93)


Bécquer, Gustavo Adolfo EspañaPor los tenebrosos rincones de mi cerebro, acurrucados y desnudos, duermen los extravagantes hijos de mi fantasía, esperando en silencio que el arte los vista de la palabra para poderse presentar decentes en la escena del mundo. Fecunda, como el lecho de amor de la miseria, y parecida a esos padres que engendran más hijos de los que pueden alimentar, mi musa concibe y pare en el misterioso santuario de la cabeza, poblándola de creaciones sin número, a las cuales ni mi actividad ni todos los años que me restan de vida serían suficientes a dar forma. Y aquí dentro, desnudos y deformes, revueltos y barajados en indescriptible confusión, los siento a veces agitarse y vivir con una vida oscura y extraña, semejante a la de esas miríadas de gérmenes que hierven y se estremecen en una eterna incubación dentro de las entrañas de la tierra, sin encontrar fuerzas bastantes para salir a la superficie y convertirse, al beso del sol, en flores y frutos. Conmigo van, destinados a morir conmigo, sin que de ellos quede otro rastro que el que deja un sueño de medianoche, que a la mañana no puede recordarse. En algunas ocasiones y ante esta idea terrible, se subleva en ellos el instinto de vida, y agitándose en formidable aunque silencioso tumulto, buscan en tropel por dónde salir a la luz, de entre las tinieblas en que viven. Pero ¡ay, que entre el mundo de la idea y el de la forma existe un abismo que sólo puede salvar la palabra, y la palabra, tímida y perezosa, se niega a secundar sus esfuerzos! Mudos, sombríos e impotentes, después de la inútil lucha vuelven a caer en su antiguo marasmo. ¡Tal caen inertes en los surcos de las sendas, si cesa el viento, las hojas amarillas que levantó el remolino! Estas sediciones de los rebeldes hijos de la imaginación explican algunas de mis fiebres; ellas son la causa, desconocida para la ciencia, de mis exaltaciones y mis abatimientos. Y así, aunque mal, vengo viviendo hasta aquí paseando por entre la indiferente multitud esta silenciosa tempestad de mi cabeza. Así vengo viviendo; pero todas las cosas tienen un término, y a éstas hay que ponerles punto. El insomnio y la fantasía siguen y siguen procreando en monstruoso maridaje. ¡Sus creaciones, apretadas ya como las raquíticas plantas de un vivero, pugnan por dilatar su fantástica existencia, disputándose los átomos de la memoria como escaso jugo de una tierra estéril! Necesario es abrir paso a las aguas profundas, que acabarán por romper el dique, diariamente aumentadas por un manantial vivo. ¡Andad, pues! Andad y vivid con la única vida que puedo daros. Mi inteligencia os nutrirá lo suficiente para que seáis palpables; os vestirá, aunque sea de harapos, lo bastante para que no avergüence vuestra desnudez. Yo quisiera forjar para cada uno de vosotros una maravillosa estrofa tejida con frases exquisitas, en la que os pudierais envolver con orgullo, como en un manto de púrpura. Yo quisiera poder cincelar la forma que ha de conteneros como se cincela el vaso de oro que ha de guardar un preciado perfume. Mas es imposible. No obstante, necesito descansar; necesito del mismo modo que se sangra con pletórico empuje, desahogar el cerebro, insuficiente a contener tantos absurdos. Quedad, pues, consignadas aquí como la estela nebulosa que señala el paso de un desconocido cometa, como los átomos dispersos de un mundo en embrión que avienta por el aire la muerte.
(lntroducción a “Rimas y Leyendas”, de Gustavo Adolfo Bécquer, junio de 1868)
Beckett , Samuel Irlanda
Escribo porque es para lo único que sirvo (Liberation , 1986)
Nada importa excepto escribir . No ha habido nada más importante. Es una mancha en el silencio . ( "The Speaker's Electronic Reference Collection," AApex Software, 1994).

Belchior , Víctor Argentina
Yo le escapo a los talleres y círculos literarios. Jamás me sentí cómodo en esas reuniones. Lo que sucede es que hay mucha gente a la que le gusta decir que escribe en lugar de sentarse a escribir.

Belgrano Rawson , Eduardo Argentina
Escribo porque tuve una madre que cada vez que se sentaba a contarme algo a mí se me caían las medias por cómo se expresaba : era como estar viendo una película . Crecí escuchándola y queriendo repetir su arte para hacer sentir que cosas pasadas se volvieran a repetir , edn el acto de contar , de manera tan vívida como si uno las estuviera viviendo Estuve leyendo muchísimo por obligación para hacer “Noticias secretas de América”, entonces a la noche lo único que quería era ver la tele . En realidad , me encanta ver tele, hacer zapping , ver películas . Y en algún momento , mientras escribía Fuegia , he escrito con el televisor prrendido. Pero lo mejor es escribir . Ni jugando al tenis, ni navegando, ni pretendiendo pescar truchas como pretendo se me pasa tan rápido el tiempo como cuando escribo. Cuando llega el temido momento en que sé que el libro debe ser publicado , empieza la melancolía. las semanas subsiguientes , cuando estoy absolutamente al pedo , tengo que empezar algo nuevo rápido para evitar la depresión . ( Conferencia en Buenos Aires , Noviembre 1998)
A mí me ayudó muchísimo a expresar lo esencial de una situación, a procurar ser provocativo y seductor desde el comienzo -como debe hacerse en las notas-, a escribir con la menor cantidad posible de palabras y a no ponerle dificultades al lector. Ojo: ser transparente no significa ser banal. Bueno, la vida está saturada de elementos inspiradores. Todos bullimos de ideas permanentemente y el noventa por ciento quedan en el camino. Necesitamos a veces un compromiso más concreto para lanzarnos a escribir una novela. Hace falta convicción, tenacidad, estado físico. Fellini dice que jamás hubiera filmado una película, de no haber existido un contrato que lo obligara a entregarla con plazos perentorios. Creo que en todo escritor hay un toque de lobo solitario, de ensimismamiento espiritual que es lo que le permite, al fin y al cabo, concebir una novela, aun en medio del barullo. ( Entrevista de Mónica Sifrim “ Clarín”, Domingo 30 de agosto de 1998 )

Belli, Gioconda Nicaragua
Escribo lo quiero dejar escrito. Como no, si me nace y he escrito, pero lo que pasa es que mirá, para mi el poema es como un rayo que me parte, yo no lo hago suceder, el poema me pasa a mi, yo no le paso al poema sino que a mi de repente me asalta el poema y yo lo escribo. En el caso de la prosa, puedo decidir cuando escribo y cuando no y puedo elaborar más, me siento empleada si querés, siento más que tengo trabajo si estoy escribiendo prosa que con la poesía, la poesía no puedo yo disponer de ella, no la tengo así a mi disposición; la palabra de la poesía es una palabra mágica para mi, es una palabra que viene como en un acto casi de la naturaleza, es como un tormenta, como un rayo en seco, un aguacero, como querrás llamarle. En el caso de la prosa las palabras las tengo así, a mi disposición o sea las puedo convocar en el momento en que yo quiero y puedo decir Ok, vamos a contar este cuento, vamos a hacer esto. En ese sentido para mi escribir prosa ha sido una aventura bien interesante porque me ha demandado una disciplina, me ha demandado un análisis más grande de mis propias debilidades como escritora y me ha hecho crecer como escritora. Aprender a dominar la prosa ha sido como aprender a dominar a un caballo desbocado, porque yo soy medio desbocada. (William Grigsby Vado, Enviado por Radio La Primerísima, frecuencia 680 AM de Managua.Nicaragua, febrero del 2001.( lainsignia.org) )

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